Retazos

Y me abriste la puerta, con la mirada pícara, me invitaste a tus deseos. Yo viendo y comprobando que la carne es débil,resurgí en deseo.Algo que hace bastante había olvidado. Y fui recorriéndote, tratando de orientarme,tratando de confirmar que no fueras más que un sueño. Me dejé ir. Me hundí y regresé. Viví por un breve instante lo que se siente.Y de nuevo a la realidad. Triste realidad, cargada de tan valiosos recuerdos y tan lejanos proyectos. Fue bueno, me gustó


Lleguemos a un acuerdo.
Tal vez, nos sea provechoso.
Pero prendido al pasado,
y atravesando nuevos deseos,
será lo mejor.
Usted, déjese querer.
Déjese escribir.
Déjese desear.
Y tal vez, solo tal vez, 
después de mucho tiempo, 
a lo mejor entienda, 
que la vida cierra puertas, 
pero abre almas.
Y si el tiempo nos desfasó, 
será el resto lo que una.

Y me miras con la sutil diferencia.
Con el límite justo entre el querer y el odio.
Y suplico con la mirada.
Ruego quererte.
Juego a poseerte una y otra vez
Pero se desvanece.
Se escapa el deseo, como tu cuerpo lo hace.
Y aquí me quedo.
Rogando un beso.
Anhelando que el deseo sea al fin, concretado.
Y la esperanza, que avanza, se eleva y decae, como sometida al juego de un viento invisible.
Así que me quedo en silencio.
Recordando.
Suplicando.

Le propongo.
Le propongo ahuyentar sus angustias,
socorrerla de sus miedos,
acompañarla en su rutina,
enfrentar sus desventuras.
Le propongo, así, con la mano abierta,
que me acompañe. Que sienta lo mismo.
Que baile, una vez mas, con mis besos.
Que grite de deseo.
Le propongo, finalmente,
que se de por enterada que acá hay alguien
que la quiere.
Le propongo que seamos uno.
Solamente, le propongo. 

No hay comentarios: